21.9 C
New York
lunes, octubre 7, 2024
spot_img

Arquitectura para el bienestar y la Salud para un mundo que garanticen la sostenibilidad de las ciudades

Por Araceli Aguilar Salgado

“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente de ausencia de afecciones o enfermedades”. OMS

El primer lunes del mes de octubre se celebran en el mundo dos festividades que van tomadas de la mano, la primera es el Día Mundial del Hábitat y la segunda es el Día Mundial de la Arquitectura.

Ambas celebraciones comparten el mismo día por decisión de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), quien en 1996 decidiera vincular al gremio de arquitectos con el desarrollo urbano sostenible, propuesto por la comisión de hábitat de la ONU en 1985.

En este concepto también tenemos que relacionar el Día Mundial de las Ciudades, proclamado por la ONU y que se celebra el 31 de octubre.

Simultáneamente, ambas festividades buscan visibilizar el entorno construido y sus desafíos, asumiendo un tema diferente en cada nueva edición. Este año, se centra en la “Arquitectura para el bienestar”, en línea con la designación de UIA como el «Año del Diseño para la Salud». Paralelamente, el Día Mundial del Hábitat de la ONU se centra en “Cuidado con la brecha. No dejar a nadie y a ningún lugar atrás”, analizando el problema de la creciente desigualdad y los desafíos en las ciudades y los asentamientos humanos debido a las crisis de la triple ‘C’: COVID-19, Clima y Conflicto.

Al mismo tiempo, se presenta Octubre Urbano. 31 días para promover un futuro urbano mejor, el Día Mundial de la Arquitectura y el Día Mundial del Hábitat buscan impulsar los debates sobre la sostenibilidad urbana en esta ocasión promoviendo contenido que aborda los principales objetivos de este día, creando conciencia, presentando soluciones, involucrando a la comunidad internacional y “empoderando a todos los que hacen que la arquitectura suceda para crear una mejor calidad de vida”.

Cada año se selecciona un tema para la celebración del Día Mundial de la Arquitectura. Para 2022, el tema es: «Arquitectura para el bienestar».

Este tema está en consonancia con la designación de 2022 como el Año del Diseño para la Salud, proclamado por la Unión Internacional de Arquitectos UIA.

La idea del gremio de arquitectos es presentar un plan que le garantice a todo individuo en el mundo tener acceso a una vivienda digna, que sea accesible y sustentable con el medio ambiente.

Según datos de la misma ONU-Hábitat, se estima que para el año 2030 cerca de 3000 millones de personas necesitarán tener acceso a una vivienda, esto se traduce en el 40% de la población del mundo.

Pero la construcción de dichas viviendas también con llevaría una planificación en cuanto a servicios públicos, sobre todo en lo que respecta a sistemas de acueductos y saneamientos de las aguas servidas, así como una mejor infraestructura en las redes eléctricas de los países, para evitar la saturación y colapso del sistema eléctrico de cada nación.

Sin embargo, estos números se agravan debido al enorme retraso que tienen muchos países en materia de vivienda, donde aproximadamente el 80% de la población vive en tugurios, es decir, en asentamientos precarios que simplemente cubren la necesidad de un techo, pero que no cuentan con servicios públicos, ni brindan la calidad de vida mínima que necesita un conjunto familiar.

De los determinantes sociales que influyen en la salud están fuera del sistema sanitario.

Dependen de otros factores como, por ejemplo, las prestaciones de nuestros hogares y la manera en la que se planean y configuran nuestros pueblos y ciudades.

El derecho a la salud incluye medidas sanitarias, pero también medidas sociales, lo que lo conecta, de forma indisociable, con el derecho a una vivienda digna y adecuada y también con el derecho a disfrutar de un entorno urbano saludable, seguro y sostenible a todos los niveles, económico, social y medioambiental.

Es momento de recordar a la OMS y su definición de salud más allá de la mera ausencia de enfermedad. Existe una considerable evidencia científica de cómo un correcto diseño de los edificios acompañado de una cuidada selección de sistemas y materiales constructivos pueden influir positivamente en la salud y bienestar de los usuarios.

Así pues, son muchas las categorías afectadas, siendo una de las más importantes, ya que en la mayoría de los edificios el aire interior presenta niveles de contaminación hasta tres o cinco veces superiores a los medidos en el exterior incluso en entornos urbano

Los efectos innegables del cambio climático y la crisis energética que ha provocado en Europa la guerra de Rusia contra Ucrania hacen fundamental la reducción de las emisiones contaminantes que genera nuestro parque edificado, responsable del 36% de los gases de efecto invernadero, y de la dependencia energética.

Pero, junto con la disminución de la demanda y los consumos energéticos, no debemos olvidar la mejora de la accesibilidad de nuestros edificios y de nuestros barrios con intervenciones que redunden en el bienestar y la salud de las personas y que preserven el futuro del planeta y las singularidades de nuestros pueblos y edificios porque su idiosincrasia forma parte indisoluble de nuestra identidad colectiva.

Los fondos europeos han concentrado los recursos de toda una generación y es preciso actuar con ambición, apostando por la regeneración de nuestros barrios y rehabilitaciones integrales que nos permitan dejar preparados los edificios para dos generaciones, por lo menos.

En ese sentido, es responsabilidad de todos los agentes implicados en el diseño, la planificación y la gestión de nuestros pueblos, ciudades y territorios integrar el factor salud, y hacerlo de una forma transversal que reequilibre la relación entre el mundo urbano y el rural y preserve la biodiversidad del planeta. La manera en la que planificamos y construimos nuestros entornos urbanos define nuestra calidad de vida.

Afecta no sólo a la calidad de nuestros espacios vitales. Influye en las formas de movilidad y, en consecuencia, en el aire que respiramos, el agua que bebemos y en el acceso a los alimentos, la educación, los servicios sanitarios, el empleo y la cultura.

Los retos a los que nos enfrentamos como sociedad son ingentes, complejos y exigen un esfuerzo colectivo de profesionales, Administraciones Públicas y de la iniciativa privada para planificar y construir ese futuro mejor al que todos aspiramos y al que los arquitectos y arquitectas queremos contribuir, de forma activa, con todo nuestro conocimiento técnico y humanístico para avanzar hacia una sociedad más saludable, justa y sostenible sin renunciar a la belleza, tal y como prescriben la Declaración de Davos, la Nueva Bauhaus Europea y la Ley de Calidad de la Arquitectura.

Se promueve a utilizar soluciones que ya se ha comprobado como beneficiosas para promover la salud en los edificios y las ciudades, y promueve:

Un diseño que proteja la salud

Un diseño que desarrolle una mejor salud

Un diseño que restablezca la salud una vez deteriorada

Teniendo en cuenta que el entorno construido repercute en la salud de las personas que lo experimentan, el diseño para la salud y el bienestar debería ser un componente fundamental incorporado en todos los proyectos, para todas las prácticas y a cualquier escala

La Arquitectura con mayúsculas garantiza el bienestar de las personas y aporta la emoción que da sentido a la existencia.

2022 ha sido un año de agitación, con nuevos conflictos emergentes y las consecuencias de la pandemia cada vez más visibles, revirtiendo los años de progreso logrados en la lucha contra muchos desafíos como la pobreza, la crisis climática y la desigualdad.

Comenzando por las ciudades, hogar de la mayoría de la población, estos temas se encuentran con prioridad, para construir “sociedades más resilientes, sostenibles y saludables” que puedan resistir las amenazas actuales y futuras. Más comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030, los arquitectos de todo el mundo buscan mejorar la calidad de los espacios en los que vivimos y trabajamos, como se explica en la Declaración de la UIA, creando un buen diseño que “haga que nuestras comunidades sean más fuertes, seguras y más saludable».

En esta realidad se encuentran inmersos por lo menos 199,5 millones de personas en África subsahariana, 190,7 millones de Asia meridional, 110,7 millones de Latinoamérica y el Caribe y así sucesivamente en varias partes del mundo.

Centrar la atención en la vivienda y en una propuesta factible que les permita a estas personas contar con un lugar al que puedan llamar hogar, es la meta de los arquitectos este año y presentarán sus propuestas este próximo 7 de octubre delante de la ONU y de las organizaciones encargadas de dicha celebración en cada país.

La tendencia actual es buscar viviendas que sean eco amigables, que propicien un mundo más limpio y verde y que garanticen la sostenibilidad de las ciudades.

“Las ciudades tienen que tener iconos. Bibliotecas, hospitales, museos. Dentro de 100 años, la gente los verá y dirá: ¿Qué es eso? Y pensará: es arte.”

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México. E-mail periodistaaaguilar@gmail.com 

Related Articles

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Stay Connected

129FansMe gusta
325SeguidoresSeguir
425SuscriptoresSuscribirte
spot_img

Latest Articles