18.6 C
New York
viernes, octubre 4, 2024
spot_img

La igualdad de género es un imperativo moral y económico urgente en el mundo

Por Araceli Aguilar Salgado

“promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discriminación, la igualdad de oportunidades y de trato entre géneros, así como el ejercicio pleno de todos los derechos de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural, económica y social del país, bajo los criterios de: transversalidad, Las metas del Milenio y la igualdad de género. 

Las crisis, los conflictos y las tendencias mundiales, que incluyen el cambio climático, la escasez de recursos naturales y las transiciones tecnológicas, agravan las desigualdades. En muchas sociedades, los retrocesos y las reacciones en contra de la igualdad de género, así como el lento crecimiento económico y la carga fiscal y la carga de la deuda pública, complican los desafíos. Es preocupante que los avances del Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 sobre la igualdad de género están retrasados y, según algunos cálculos (i), alcanzar la paridad de género en los ingresos y derechos legales entre mujeres y hombres llevará 134 años.

Se ha dicho que el feminismo está de moda, que hay corrientes políticas y tendencias económicas a las que les convienen los movimientos feministas. Se ha dicho, de la misma manera, que “estábamos bien” como estábamos antes del nuevo boom de los movimientos por la igualdad de género, que los roles y los quehaceres de los hombres y las mujeres están definidos de facto, que las mujeres con un paliacate morado marchando en las calles sólo desquician el tráfico, destruyen los monumentos, rayan las paredes y maltratan la ciudad. Se habla mucho por las calles, en los centros de trabajo y en las escuelas sobre el actuar de las personas y los actores políticos, religiosos y empresariales respecto de la igualdad de género.

Muchos opinan, otros entran en controversia, algunos han decidido ignorar el tema o simplemente lo toman como una tertulia de café o para conversar durante el almuerzo. Otros reaccionan a las corrientes que están en boga, deciden unirse a los diversos movimientos, intentan ingerir en sus espacios de convivencia, trabajo, familiares o educativos con ideologías y propuestas de un cambio radical en el pensar y actuar respecto a la igualdad de género

Pues muchos de los problemas que enfrentamos como sociedad humana, la discriminación, la exclusión, la violencia, el fanatismo, la desigualdad social, la polarización de los sectores que conforman a la sociedad de una nación, la pobreza extrema, la desnutrición por carencia de recursos, la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos, la corrupción, el crimen organizado, el narco-estado, las crisis migratorias que ponen en jaque a la estructura familiar y con ello a la estructura social, el abandono, la paternidad o maternidad irresponsable, la esclavitud infantil, el olvido y rezago en que viven muchos ancianos y (por desgracia) un larguísimo etcétera.

La inequidad de género, la violencia contra las mujeres por el sólo hecho de ser mujeres, la falta de oportunidades, el machismo y todo lo que eso implica, los feminicidios y la desigualdad laboral, son problemas graves que debemos resolver, y tal gravedad es, forzosamente, producto de la complejidad que debemos entender para proponer soluciones; desde el estudio serio que las instituciones deben proporcionar a aquellos interesados en no solo marchar y exhibir pancartas, sino en comprender la naturaleza del problema para resolverlo desde sus raíces y extirparlo de la sociedad en la que se ha entremezclado en prácticamente todos los sectores.

No podemos aceptarlo.

En el Grupo Banco Mundial, estamos elevando las metas para ayudar a lograr la igualdad de género. Nuestra nueva Estrategia de Género para 2024-30 nos compromete a crear el bienestar básico de las mujeres, ampliar las oportunidades económicas para todos y lograr la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo, pilares que ayudarán a acelerar la igualdad de género para poner fin a la pobreza en un planeta habitable.

Esta estrategia se elaboró a través de consultas detalladas con partes interesadas de más de 100 países. Se basa en investigaciones y experiencia operativa a nivel mundial, que abarcan una década de exámenes sobre las cuestiones de género y el desarrollo e informes retrospectivos institucionales y temáticos. A medida que implementemos la estrategia, nos centraremos en replicar soluciones a gran escala y rendir cuentas de los avances mensurables.

Sabemos que no será fácil acelerar los progresos en materia de igualdad. Necesitamos adoptar medidas audaces y una participación integral para abordar las barreras de género complejas y persistentes.

Por ello, en la estrategia se propone utilizar las fortalezas, los recursos y los conocimientos especializados del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional y el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones. Esta es la razón por la que, en la implementación de la estrategia, haremos hincapié en tres factores de cambio clave: la innovación, el financiamiento y la acción colectiva.

La innovación incluye apoyar reformas normativas e institucionales y programas que abordan las limitaciones de género basados en datos, pruebas, tecnología y conocimientos sobre el comportamiento, entre otros, así como el aprendizaje y el perfeccionamiento de los enfoques locales.

El financiamiento incluye garantizar y asignar recursos para lograr resultados referidos a la igualdad de género que también ayuden a crear prosperidad y un planeta habitable, con especial énfasis en replicar programas públicos y privados exitosos a gran escala.

La acción colectiva significa aunar los esfuerzos conjuntos —mediante datos, conocimientos y actividades de promoción— de las partes interesadas y los asociados.

La nueva estrategia se centra en tres objetivos estratégicos cuyos resultados se medirán y supervisarán como parte del nuevo sistema de calificación del Grupo Banco Mundial.

En primer lugar, crear bienestar básico.

Esto requiere poner fin a la violencia de género y aumentar el capital humano. Estamos consternados por la magnitud de la violencia de género, que afecta a una de cada tres mujeres en todo el mundo, o alrededor de 750 millones de mujeres. La lucha contra la violencia de género ocupa un lugar central en la nueva estrategia de género. El impacto de este tipo de violencia se extiende mucho más allá de los sobrevivientes, afectando la productividad y el bienestar de las familias y las comunidades, con frecuencia a través de generaciones. Poner fin a la violencia de género protegerá a las personas y sentará las bases de sociedades más sanas y productivas.

El capital humano es nuestro recurso más valioso, pero el acceso a la educación, la salud y otros servicios sociales de calidad es desigual y, como resultado, muchas personas quedan rezagadas. Por lo tanto, la creación y protección del capital humano exige mejorar el acceso a la educación, invertir en los servicios de salud (incluida la salud sexual y reproductiva), y ayudar a las personas a adquirir y acceder a las habilidades que permitirán a todas las niñas y todos los niños desarrollar su pleno potencial.

En segundo lugar, ampliar y facilitar las oportunidades económicas para todos.

Si bien una mayor cantidad de mujeres jóvenes alcanzan niveles más altos de educación, las mujeres tienen solo la mitad de probabilidades que los hombres de conseguir un empleo remunerado de tiempo completo. Se necesitan más esfuerzos para garantizar que todas las personas puedan acceder a más empleos de mejor calidad, y para que las mujeres puedan ser propietarias y usar activos económicos, como el capital, y lograr una mayor independencia financiera. Se ampliará el financiamiento, las garantías y el apoyo técnico del Grupo Banco Mundial para aprovechar los esfuerzos de los sectores público y privado que abordan las limitaciones, entre ellas los problemas relacionados con el cuidado de los niños y otros tipos de asistencia y la falta de inclusión financiera y digital, con el fin de crear oportunidades económicas para las mujeres.

Por último, lograr la participación de las mujeres en posiciones de liderazgo.

Esto contribuirá a superar los desafíos mundiales y promover la igualdad de género. Cuando las mujeres prosperan, el mundo prospera, es decir, los hogares, las comunidades, las empresas y los países. Existen cada vez más pruebas de que la participación de las mujeres en cargos de liderazgo y de toma de decisiones mejora los resultados en el desarrollo, entre ellos la seguridad alimentaria, la gestión de los recursos naturales, la resiliencia comunitaria y la prestación de servicios. A través de alianzas, estamos trabajando para ampliar nuestros esfuerzos y monitorear los avances.

Ampliar las soluciones que ayuden a acelerar la igualdad para todos y mejorar las vidas de mujeres y niñas, hombres y niños, forma parte de nuestro afán de convertirnos en un Banco mejor. Esta estrategia es un llamado a la acción, tanto para el Grupo Banco Mundial en la labor y el funcionamiento de la organización como para el mundo.

Ya no podemos permitirnos el lujo de marginar los talentos de la mitad de la humanidad. Le invitamos a seguir colaborando con nosotros para acelerar la igualdad de género y poner fin a la pobreza en un planeta habitable.

“Se ha demostrado una y otra vez que empoderar a las mujeres y niñas tiene un efecto multiplicador y ayuda a promover el crecimiento económico y el desarrollo a nivel mundial”

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero, México. E-mail periodistaaaguilar@gmail.com

Related Articles

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Stay Connected

129FansMe gusta
325SeguidoresSeguir
425SuscriptoresSuscribirte
spot_img

Latest Articles