“El planeta está ya al borde de lo que podría denominarse «policrisis», en la que las crisis mundiales no sólo se amplifican y aceleran, sino que también parecen sincronizarse, la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los desechos está alimentando crisis humanas como los conflictos por el territorio y los recursos, los desplazamientos y el deterioro de la salud.”
Los cambios ambientales, tecnológicos y sociales están alterando la salud humana y del planeta, advirtió este lunes un nuevo informe conjunto del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Consejo Científico Internacional.
Esto refleja el creciente interés y la demanda de previsión, que también se ve reforzada por la agenda de reforma de las Naciones Unidas y el informe del Secretario General sobre “Nuestra Agenda Común”, que insta a todos los organismos de las Naciones Unidas, así como a todos los Estados miembros de la ONU, a profundizar en las prácticas de previsión y aplicar los conocimientos derivados para abordar los riesgos sistémicos globales.
La publicación subraya la urgencia de que el mundo responda de forma más adecuada y oportuna a esta serie de nuevos desafíos que agudizan la triple crisis planetaria del clima, del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, y la contaminación y el desperdicio.
El documento identifica ocho cambios globales críticos que están acelerando la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los residuos. Las dieciocho señales de cambio que las acompañan, identificadas por cientos de expertos mundiales a través de consultas regionales y con las partes interesadas, incluidos los jóvenes, ofrecen una visión más profunda de las posibles perturbaciones, tanto positivas como negativas, para las que el mundo debe prepararse.
Es un duro recordatorio de la interconexión y la fragilidad de nuestros sistemas en el siglo XXI y advierte que priorizar los beneficios a corto plazo por sobre la acción anticipatoria y la preparación pone en peligro la prosperidad a largo plazo y la salud del planeta. Sin embargo, también señala el enorme potencial y el ingenio humano que se pueden aprovechar con espíritu de descubrimiento y cooperación para ofrecer soluciones a la triple crisis.
Este nuevo contexto mundial está dando lugar a una serie de cambios críticos, problemas emergentes y amenazas potenciales que pueden o no llegar a materializarse, pero que el mundo debe vigilar de cerca debido a su potencial para perturbar significativamente diferentes sectores y, por tanto, afectar a la salud planetaria y al bienestar humano.
La degradación del mundo natural por la actividad humana, el rápido desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial, la competencia por los recursos naturales, el aumento de las desigualdades y la disminución de confianza en las instituciones se están concatenando en una “policrisis” de implicaciones múltiples para el bienestar humano y planetario.
Como se ha visto en los dos últimos años, incluso perturbaciones o circunstancias aparentemente improbables o lejanas -por ejemplo, el COVID-19, la invasión en Ucrania por la Federación de Rusia, los grandes conflictos y desplazamientos masivos en Gaza y Sudán, la crisis energética mundial y la crisis del coste de la vida- pueden convertirse rápidamente en realidad y afectar a todo el mundo. Así pues, es primordial prestar atención a las señales de cambio, incluidas las más débiles, con vistas a anticiparse a las perturbaciones y reducir al mínimo las sorpresas”, señala el PNUMA.
Señales de cambio
Entre los principales cambios y señales de cambio que señala el informe figuran los siguientes:
- Se prevé que la demanda de elementos críticos de tierras raras, minerales y metales para impulsar la transición a un balance neto cero se multiplique por cuatro de aquí a 2040, con lo que aumentarán las peticiones de explotación minera en aguas profundas e incluso en el espacio. Esto plantea amenazas potenciales para la naturaleza y la biodiversidad, podría aumentar la contaminación y los residuos y desencadenar más conflictos.
- Al descongelarse el permafrost en un planeta que se calienta, podrían liberarse organismos ancestrales que pueden ser patógenos, lo que tendría importantes repercusiones medioambientales, animales y humanas. Este fenómeno ya ha provocado un brote de ántrax en Siberia.
- Aunque la IA y la transformación digital pueden aportar beneficios, existen implicaciones medioambientales, como el aumento de la demanda de minerales críticos y elementos de tierras raras y de recursos hídricos para satisfacer las demandas de los centros de datos. El uso de la IA en sistemas de armamento y aplicaciones militares, así como el desarrollo de la biología sintética, requieren una cuidadosa revisión desde el punto de vista medioambiental.
- Los conflictos armados y la violencia están aumentando y evolucionando. Estos conflictos provocan la degradación de los ecosistemas y la contaminación, lo que repercute en las poblaciones vulnerables.
- Los desplazamientos forzosos aumentan los impactos sobre la salud humana y el medio ambiente. En la actualidad, una de cada 69 personas se ve obligada a desplazarse, casi el doble que hace una década. Los conflictos y el cambio climático son factores clave.
A medida que se intensifican los impactos de las múltiples crisis, ahora es el momento de adelantarnos a los acontecimientos y protegernos de los nuevos retos, el rápido ritmo de cambio, la incertidumbre y los avances tecnológicos que estamos observando, con un telón de fondo de turbulencias geopolíticas, significa que cualquier país puede verse desviado de su curso con mayor facilidad y frecuencia
Adoptar la prospectiva
Sin embargo, el informe concluye que el uso de herramientas de prospectiva puede ayudar al mundo a anticiparse y prepararse para los próximos retos emergentes y las futuras perturbaciones.
Peter Gluckman, Presidente del ISC, afirmó: “La prospectiva proporciona un conjunto de herramientas útiles para salir del cortoplacismo y ayudar a identificar oportunidades y riesgos futuros, siempre que se haga de forma verdaderamente pluralista, trascendiendo estrechos mandatos institucionales, sectores y otras divisiones artificiales que limitan nuestro encuadre de los problemas y las soluciones”.
El informe recomienda adoptar un nuevo contrato social en el que participen diversas partes interesadas, incluidos los pueblos indígenas; dar más voz a los jóvenes; y replantearse las medidas de progreso para ir más allá del PIB.
Desviarse del rumbo
La directora ejecutiva del Programa de la ONU señaló que “ahora es el momento de adelantarse para protegernos de los retos emergentes”.
“La rapidez del cambio, la incertidumbre y los avances tecnológicos que estamos viendo, en un contexto de turbulencias geopolíticas, significa que cualquier país puede desviarse del rumbo más fácilmente y con más frecuencia”, alertó Inger Andersen.
El propósito del estudio elaborado con consultas regionales que incluyeron a jóvenes es ofrecer una visión más profunda de posibles impactos para los que el mundo debe prepararse.
No repetir errores del pasado
Andersen explicó que, si se monitorean rigurosamente las señales de cambio, “se puede evitar repetir errores del pasado y centrarse en soluciones que puedan resistir futuras perturbaciones”.
El informe prevé que la demanda de elementos raros, minerales y metales para impulsar la transición a cero emisiones netas se cuadruplicará para 2040. Esto aumentaría la minería en aguas profundas e incluso la minería espacial, planteando amenazas a la naturaleza y la biodiversidad, además de que podría incrementar la contaminación y el desperdicio, y provocar más conflictos.
El PNUMA destacó que a medida que el permafrost se derrite en un planeta que se calienta, podrían liberarse organismos antiguos que pueden ser patógenos, con consecuencias ambientales, animales y humanas, como ha ocurrido con el brote de ántrax en Siberia.
En cuanto a la inteligencia artificial y la transformación digital, indica que, si bien pueden aportar beneficios, afectan el medio ambiente por medio de una mayor demanda de minerales críticos, elementos raros y recursos hídricos.
Asimismo, recuerda que su uso en sistemas de armas, en aplicaciones militares y en el desarrollo de la biología sintética, precisa una revisión cuidadosa desde un enfoque ambiental.
Sobre los conflictos armados y la violencia, apunta que degradan y contaminan los ecosistemas, perjudicando así a las poblaciones más vulnerables.
Además, argumenta que el desplazamiento forzado en constante aumento tiene grandes repercusiones en la salud humana y el medio ambiente.
Un nuevo contrato social
Frente a este panorama, el informe recomienda adoptar un nuevo contrato social que contemple más indicadores de desarrollo que los económicos y que incluya a todos los sectores, mencionando en particular a los pueblos indígenas y los jóvenes.
Añade que los gobiernos y las sociedades también pueden introducir objetivos e indicadores a más corto plazo que les permitan ser más ágiles en la gobernanza. Introducir herramientas y acciones para reconfigurar los sistemas financieros y redirigir los flujos de capital -una señal positiva de cambio en el informe- podría ayudar a reducir las desigualdades, erradicar la pobreza extrema y hacer frente a las crisis medioambientales.
Los resultados del informe se integrarán en la planificación estratégica del PNUMA, lo que podría influir en la próxima estrategia de mediano plazo del PNUMA y presentar una oportunidad para considerar la ampliación de los programas en áreas como la inteligencia artificial, las nuevas tecnologías y la robótica en la agricultura, lo que impulsará debates sobre el nivel de participación en estas cuestiones. En última instancia, esto servirá al PNUMA para adoptar una postura proactiva y modernizar las herramientas para lograr eficiencia y ahorro de costos.
Además, el informe servirá como contribución del PNUMA a la Cumbre del Futuro. Si bien no se espera que influya sustancialmente en la Cumbre del Futuro como tal, servirá para proporcionar aportes a los debates y eventos preparatorios, incluido el Foro Político de Alto Nivel, en el período previo a la Cumbre del Futuro en lo que respecta a las dimensiones ambientales.
“Apoyar una gobernanza ágil y adaptable requeriría un mejor seguimiento y evaluación de las intervenciones. Esto incluye integrar y mejorar el seguimiento del cambio medioambiental y hacer más accesibles los datos y los conocimientos. Así como los impactos de las múltiples crisis están amplificando los daños al medio ambiente y a la salud humana, las soluciones están a la vista y las acciones están en marcha.”
Dr. Amín Cruz CEO Presidente Fundador del Congreso Hispanoamericano de Prensa y del Congreso Mundial de Prensa, Padre embajador del Periodismo Hispanoamericano y Latinoamericano, diplomático, historiador, escritor, educador.