«El fruto del silencio es la oración; el fruto de la oración, la fe; el fruto de la fe es el amor; el fruto del amor, el servicio; el fruto del servicio es la Paz.” Ganxhe Agnes Bojaxhiu, Madre Teresa de Calcuta
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española (RAE), Beneficencia significa “hacer el bien a los demás”, pero también el “conjunto de instituciones y servicios de ayuda a los necesitados”. La RAE también define Caridad como aquella “actitud solidaria con el sufrimiento ajeno” y más antiguamente como la “limosna que se da o auxilio que se presta a los necesitados”.
Es evidente que estos significados están determinados por la teología y la religiosidad cristiana, que asocia a la práctica de la misericordia con la misma idea de Dios: “Servir es reinar”, “Dios es amor”, “Dar de beber al sediento, dar de comer al hambriento”. Las obras misericordiosas son aquellas que provienen del amor de Dios. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.Frente a las viejas sociedades de privilegios, después del surgimiento de los estados nacionales, su proceso de laicidad, con la caída de los regímenes monárquicos, y particularmente de las independencias en América, África y Asia en los siglos XIX y XX, de manera gradual los gobiernos crearon aparatos burocráticos responsables de garantizar ciertos derechos sociales.
No siempre el estado había podido asegurar las condiciones de bienestar, por ello se vio en la necesidad de diseñar instituciones y programas que han buscado atender problemas asociados a la pobreza y a la desigualdad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) conmemora cada año el Día Internacional de la Beneficencia, con el objetivo de sensibilizarnos sobre nuestras acciones y cómo podemos contribuir al mejoramiento del mundo; ya sea otorgando tiempo como voluntarios, con conocimientos o dinero, todos podemos ayudar.
La beneficencia puede contribuir a la promoción del diálogo, la solidaridad y la comprensión mutua entre las personas.
También puede aliviar los peores efectos de las crisis humanitarias, complementar los servicios públicos de atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de la infancia. Además, ayuda a promover la cultura, la ciencia, el deporte y la protección del patrimonio cultural y natural.
También ayuda a concienciar sobre los derechos de los marginados y desfavorecidos, y permite guardar nuestra humanidad en situaciones de conflicto.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible aprobada en septiembre de 2015, las Naciones Unidas reconocen que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, es el mayor desafío mundial y un requisito indispensable para el desarrollo sostenible.
La Agenda también pide un espíritu de solidaridad global reforzada, centrado en particular en las necesidades de los más pobres y vulnerables. También reconoce el papel de los diversos sectores privados, que van desde las microempresas a las cooperativas y las multinacionales, y el de las organizaciones de la sociedad civil y las organizaciones filantrópicas.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible incluidos en dicha agenda que pueden agruparse en seis «elementos esenciales»: la dignidad, los seres humanos, el planeta, la prosperidad, la justicia y las alianzas tienen el potencial de transformar nuestras vidas y nuestro planeta a través de la armonización y, de esa forma, hacer frente a los desafíos a los que se enfrenta la humanidad.
También proporcionan el marco necesario para que las instituciones filantrópicas permitan a todas las personas contribuir al mejoramiento de nuestro mundo.
La ONU nos propone que la beneficencia puede aliviar los peores efectos de las crisis humanitarias, complementar los servicios públicos de atención de la salud, la educación, la vivienda y la protección de la infancia.
Además, ayuda a promover la cultura, la ciencia, el deporte y la protección del patrimonio cultural y natural. También ayuda a sensibilizar sobre los derechos de los marginados y desfavorecidos, y permite mostrar nuestra humanidad en situaciones de conflicto.
Se eligió el 5 de septiembre como la fecha para conmemorar este día, por ser el aniversario del fallecimiento de la M. Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz, 1979 por su trabajo en la lucha contra la pobreza y la angustia que también constituyen una amenaza para la paz”. En 2016, fue declarada santa por el papa Francisco, cuya vida fue ejemplar en el acto de dar tiempo y recursos a los menos privilegiados.
Monja y misionera reconocida, la Madre Teresa nació en 1910 en la antigua Yugoslavia, con el nombre de Agnes Gonxha Bojaxhiu.
En 1928 se fue a la India, donde se dedicó a ayudar a los indigentes.
En 1948 se hizo ciudadana india y en 1950 fundó la orden de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, que alcanzó notoriedad por su labor entre los más pobres y los moribundos.
Durante 45 años ejerció su ministerio entre pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, mientras las Misioneras de la Caridad se extendían, primero por la India y luego por otros países, con la creación de hospicios y residencias para los pobres y desamparados.
Su labor obtuvo el reconocimiento y la alabanza del mundo entero y le granjeó numerosos premios y distinciones, entre otros el Premio Nobel de la Paz en 1979.
Para ella, «la pobreza y la angustia constituyen una amenaza a la paz». La Madre Teresa murió el 5 de septiembre de 1997, a los 87 años de edad.
En el Día Internacional de la Beneficencia, vale la pena recordar que todos tenemos un papel en la construcción de un mundo más justo y solidario. En Alimento Para Todos, abrimos las puertas a quienes están convencidos de que la dignidad y el bienestar de todos deben ser protegidos. Creemos que la beneficencia no es solo un acto de generosidad, sino un compromiso con la humanidad.
Cada donación, ya sea en especie, dinero o en forma de tiempo y habilidades que se prestan de manera altruista, tiene un impacto directo en la vida de quienes han vivido hambre.
La solidaridad es la columna vertebral del trabajo humanitario, y el Día Internacional de la Beneficencia es una oportunidad para reconocer y agradecer a todos aquellos que hacen posible esta noble labor.
En un mundo donde tantas personas dependen de la solidaridad de otros para sobrevivir, el esfuerzo de nuestros aliados, voluntarios y donantes es un ejemplo poderoso de cómo la colaboración y el compromiso pueden cambiar vidas.
“Qué hermoso es servir a los pobres y servirlos tan solo por Amor a Dios.” Jerónimo Usera
Dr. Amín Cruz CEO Presidente Fundador del Congreso Hispanoamericano de Prensa y del Congreso Mundial de Prensa, Padre embajador del Periodismo Hispanoamericano y Latinoamericano, diplomático, historiador, escritor, educador.