“Alza la voz para hacer realidad nuestro futuro en común.”
La Cumbre del Futuro es un evento de alto nivel mandatado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a realizarse los días 22 y 23 de septiembre, en donde los líderes del mundo buscarán un consenso internacional sobre cómo generar un mejor presente y salvaguardar el futuro. El Pacto Global Digital y la Declaración de las Futuras generaciones son los documentos que van a respaldar el Pacto por el Futuro, documento resultante de esta Cumbre.
La cumbre tiene como finalidad, primero, acelerar los esfuerzos para cumplir los compromisos internacionales existentes, y, segundo, tomar medidas concretas para responder a los nuevos desafíos y posibilidades. El documento de resultados orientado a la acción es este Pacto para el Futuro, mismo que se busca sea negociado y refrendado por los países y, con ello, gestionar mejor los desafíos presentes y futuros.
El evento recogerá voces representativas de países y sectores diversos a través de diálogos que proporcionen una guía hacia dónde ir juntos en el desarrollo, el diálogo global, el multilateralismo y la cooperación, que a la vez genere las bases para un entorno de paz y seguridad. El fortalecimiento de la innovación inclusiva y la cooperación conforman otro eje que atenderá la brecha digital y la exclusión social tecnológica. La diversidad de actores que estarán involucrados (sociedad civil, estados miembro, agencias especializadas, comisiones regionales, las instituciones financieras internacionales, así como el sector privado y la academia) se sumará a este diálogo.
Hasta ahora, el Sistema de Naciones Unidas parece reconocer que es indispensable renovar el compromiso de la cooperación internacional con base en el derecho internacional, la revisión de las instituciones multilaterales y la participación de nuevas formas de asociación, con propósitos que orienten a un futuro democrático, incluyente, equitativo y representativo, interconectado y con estabilidad financiera. Los pilares de paz, seguridad y derechos humanos se muestran inalienables en el sistema, los cuales deberán estar presentes en la definición de medidas contra el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la degradación medioambiental.
La Cumbre del Futuro y el Pacto por el Futuro recogen elementos de dos de los referentes más emblemáticos del sistema internacional: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, así como el Plan de Acción de la Financiación para el Desarrollo, a la vez que señala una serie de acciones que, desde su aprobación en el nivel de la concertación, busca sean respaldados por los estados miembros y participantes de la reunión de alto nivel. Presenta cinco categorías que se desglosan a lo largo de sesenta acciones. Dichas categorías son: Desarrollo sostenible y financiamiento para el desarrollo; paz y seguridad internacional; ciencia, tecnología e innovación y cooperación digital; juventud y generaciones futuras; y, transformación de la gobernanza global.
El Pacto por el Futuro recoge las preocupaciones económicas, sociales, ambientales, de seguridad humana y de justicia social, y muestra el interés por abarcar en dichos ejes y sus acciones muchos de los elementos que, a juicio de muchos, se quedaron fuera de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Llama la atención en lo particular el eje que incorpora sobre ciencia, tecnología, innovación y cooperación digital, y que plasma una convocatoria incluyente y participativa, tanto para el diálogo, como para lo que se espera sea su materialización en diferentes niveles.
Es indudable que la digitalización y la inteligencia artificial están cambiando la forma de crear, proponer, trabajar, hacer, abre oportunidades para jóvenes, empresas, universidades, sector privado y alianzas de diferente índole. No obstante, queda como tema pendiente un tema más relevante aún para el mundo del desarrollo: el desafío de proponer un modelo de desarrollo (económico y social) diferente al capitalista, que sea alternativo y que cambie conductas, modelos de producción, distribución y uso de recursos, así como de solventar los perjuicios que se generan al planeta.
En 2020, la ONU cumplió 75 años y marcó la ocasión iniciando una conversación global sobre las esperanzas y los temores para el futuro. Ese fue el comienzo de un proceso que conduciría cuatro años después a la convocatoria de la Cumbre del Futuro, un importante evento que tendrá lugar en septiembre en la sede de la ONU, justo antes del debate anual de alto nivel de la Asamblea General.
La Cumbre fue concebida en el apogeo de la pandemia de COVID-19, cuando en la ONU existía la percepción de que, en lugar de cooperar para enfrentar esta amenaza global que nos afectaba a todos, los países y las personas se estaban separando.
“Nos vimos realmente confrontados con la brecha entre las aspiraciones de nuestros fundadores, que estábamos tratando de celebrar en el 75 aniversario, y la realidad del mundo tal como es hoy”, dice Michele Griffin, directora de Políticas de la Cumbre. “Los problemas que enfrentamos, las amenazas, pero también las oportunidades y las imperfecciones en la forma en que respondemos”.
Los Estados miembros de la ONU encargaron al Secretario General António Guterres que presentara una visión para el futuro de la cooperación global. Su respuesta a este llamado fue “Nuestra Agenda Común”, un informe histórico con recomendaciones sobre la cooperación global renovada para abordar una serie de riesgos y amenazas, y una propuesta para celebrar una cumbre con visión de futuro en 2024.
El evento constará de sesiones y reuniones plenarias basadas en cinco ejes principales (desarrollo sostenible y financiación; paz y seguridad; futuro digital para todos; jóvenes y generaciones futuras; y gobernanza global), y otros temas relacionados con la labor de la ONU, incluidos los derechos humanos, la igualdad de género y la crisis climática.
El resultado inmediato será una versión finalizada de un Pacto para el Futuro, con un Pacto Digital Mundial y una Declaración para las Generaciones Futuras en el anexo, todos los cuales se espera que sean adoptados por los Estados Miembros durante la Cumbre.
Porque si bien estos temas ya se han abordado en el pasado y se han alcanzado acuerdos innovadores como el Acuerdo de París sobre el clima y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, existe una percepción generalizada de que las estructuras de las Naciones Unidas, muchas de las cuales se establecieron hace décadas, ya no son lo suficientemente justas ni eficaces.
La Cumbre del Futuro ofrece una oportunidad de cumplir las promesas que ya se han hecho, preparar a la comunidad internacional para el mundo que viene y restablecer la confianza.
“El ingrediente más importante de la cooperación internacional es la confianza”, afirma Michele Griffin. “La confianza en los demás. Un sentido de nuestra humanidad compartida, nuestra interconexión. Y la cumbre está diseñada para recordarnos a todos, no solo a los gobiernos y no solo a las personas que estarán en la ONU en Nueva York en septiembre, sino a todos, que tenemos que trabajar juntos para resolver nuestros mayores problemas compartidos”.
La Cumbre estará precedida por dos Días de Acción, que también se celebrarán en la sede de las Naciones Unidas, en los que representantes de la sociedad civil, el sector privado, el mundo académico, las autoridades locales y regionales, los jóvenes, los Estados miembros y muchos otros actores tendrán la oportunidad de participar en los principales temas del evento.
“Si miramos a las Naciones Unidas, pensamos que los gobiernos son los actores clave”, afirma Griffin. “Y es cierto. Son ellos los que se sientan a la mesa, pero lo hacen en nombre de su gente”.
“Los actores de la sociedad civil y los jóvenes han participado en todo momento y estarán presentes en la cumbre”, explica Griffin. “El sector privado estará presente en reconocimiento del enorme papel que desempeña en la configuración de las vidas y las oportunidades de las personas en la actualidad. Esta cumbre es para y por todos, y todos deberían verse reflejados en ella”.
Los organizadores de la Cumbre han subrayado que la clausura del evento no será el final de los debates y las cuestiones planteadas durante los cuatro días.
Michele Griffin lo describe como el comienzo de un proceso: “la mayoría de las semillas que plantemos en esta Cumbre tardarán algún tiempo en crecer y florecer”, dice, “y todos tenemos que participar en la tarea de exigir a los gobiernos que cumplan con sus compromisos en el escenario internacional”.
Después de la Cumbre, la atención se centrará en la aplicación de las recomendaciones y promesas contenidas en el Pacto para el Futuro. En noviembre, Azerbaiyán acogerá la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas (COP29), donde la financiación climática ocupará un lugar destacado en la agenda; en diciembre se celebrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Países en Desarrollo sin Litoral en Botsuana, donde se buscarán soluciones para el desarrollo sostenible; y el próximo mes de junio se intensificarán en España los esfuerzos para reformar la arquitectura financiera internacional (incluidos organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional qué deciden, cómo y en qué condiciones conceder préstamos, subvenciones y asistencia técnica a los países en desarrollo), en la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (Ffd4).
ACT NOW es la campaña mundial de las Naciones Unidas para alentar a todas las personas a abogar por un futuro mejor, más pacífico y sostenible. La plataforma tiene como objetivo aumentar el número de personas que se manifiestan y marcan una diferencia positiva, ya sea mediante el voluntariado en su comunidad local, participando en la toma de decisiones locales o simplemente cambiando sus hábitos personales de consumo para vivir vidas más responsables con el medio ambiente.
En el periodo previo a la Cumbre, la Oficina de la Juventud de las Naciones Unidas también está movilizando a los jóvenes y a sus aliados con el lanzamiento de #YouthLead, un llamamiento a los líderes mundiales para que hagan que la formulación de políticas globales sea más representativa de las comunidades a las que sirven.
“Solo juntos podemos crear un entorno en el que nadie se quede atrás y que todas las personas puedan cumplir su verdadero potencial, configurando un futuro justo y sostenible para todos.”
Dr. Amín Cruz CEO Presidente Fundador del Congreso Hispanoamericano de Prensa y del Congreso Mundial de Prensa, Padre embajador del Periodismo Hispanoamericano y Latinoamericano, diplomático, historiador, escritor, educador.