Hablar de Jaime Escalante es referirse a uno de los más sobresalientes maestros que tuvo Bolivia, un referente en la enseñanza de las matemáticas que llevó su sapiencia y enseñanza desde las aulas de la ciudad de La Paz hasta Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Jaime Alfonso Escalante Gutiérrez nació en La Paz, Bolivia, el 31 de diciembre de 1930. Desde muy joven se vio influenciado por la docencia, ya que sus padres fueron maestros de secundaria, por lo que decidió seguir sus pasos.
Formación y primeros años
Escalante estudió en el Instituto Normal Superior, donde se formó como maestro, y luego comenzó su carrera docente en Bolivia. Desde muy joven impartía clases en diferentes colegios de renombre en su ciudad natal. Sin embargo, en la década del 60, decidió emigrar a Estados Unidos. Al llegar al país norteamericano se encontró con una gran dificultad para ejercer su profesión, pues su título no era considerado válido en esa nación. Trabajó inicialmente en diversos oficios como lavaplatos y albañil, mientras que por las noches estudiaba para actualizarse y aprender inglés. Finalmente logró revalidar su título para enseñar en California.
Un legado educativo inmortalizado
En 1973, a sus 43 años, comenzó a dictar clases en la escuela secundaria “James Garfield”, donde encontró y reafirmó su pasión por enseñar a las personas más necesitadas que tenían ganas de salir adelante, pues sus alumnos, en su gran mayoría de origen latino, enfrentaban grandes dificultades académicas. Pero Escalante estaba decidido a cambiar esa realidad.
«La única cosa que necesitas para mi programa, y tienes que traerla cada día, es ganas».
Con su enfoque innovador, disciplina estricta y métodos poco convencionales, logró que un grupo de estudiantes de bajos recursos aprobara el examen de cálculo avanzado en 1982.
Muchos de sus exalumnos llegaron a universidades de prestigio y lograron carreras exitosas en campos como la ingeniería y las ciencias. Su método se basaba en inculcar confianza y disciplina, mientras exigía a sus estudiantes superar los bajos estándares educativos que a menudo les imponían.
Escalante fue reconocido en múltiples ocasiones por autoridades, tanto en Los Ángeles como en su natal Bolivia. Entre los reconocimientos más importantes que recibió están: la Medalla Presidencial a la Excelencia en la Educación, otorgada por el presidente de Estados Unidos; el Premio a la Herencia Hispánica; y el Cóndor de Los Andes, entregado por el presidente de Bolivia. Estos tres reconocimientos le fueron otorgados en 1988. Además de esto fue inmortalizado en la película “Con ganas de triunfar”.
Entrevista con Carlos Mesa
En 1991, el periodista y expresidente boliviano Carlos Mesa entrevistó a Jaime Escalante, resaltando su historia de éxito. Durante la conversación, Escalante reflexionó sobre su experiencia educativa en los Estados Unidos y su compromiso con los estudiantes latinos. Cuando Mesa le preguntó qué lo motivaba a seguir adelante, a pesar de las dificultades, Escalante respondió con humildad:
“Mi meta siempre fue hacer que los estudiantes se den cuenta de que pueden lograr cualquier cosa si están dispuestos a trabajar duro. El conocimiento es poder, y yo quería darles ese poder, esa confianza en sí mismos.”
Escalante también habló sobre las dificultades que enfrentó al llegar a Estados Unidos:
“Cuando llegué a este país no hablaba inglés y tuve que trabajar en lo que podía, pero sabía que la educación era el único camino para mejorar. Estudié de noche y me preparé para enseñar aquí, y no me arrepiento ni un segundo.”
Mesa lo elogió como un ejemplo de perseverancia y como un referente para la educación en Bolivia.
Últimos años y muerte
Jaime Escalante se retiró de la docencia en 1998. En sus últimos años regresó brevemente a Bolivia, pero luego se trasladó de nuevo a Estados Unidos. Enfrentó problemas de salud debido a un cáncer de vejiga, lo que generó dificultades económicas para pagar sus tratamientos.
Escalante falleció el 30 de marzo de 2010, a los 79 años, dejando un legado que sigue vivo en el mundo de la educación.
Un maestro inolvidable
El profesor que en su momento fue considerado “el mejor maestro de América” sin duda nos deja una lección clara: el poder de la educación radica no solo en el conocimiento, sino en la capacidad de inspirar, motivar y transformar vidas. Su vida es un recordatorio de que un educador verdaderamente comprometido puede hacer una diferencia no solo en el presente, sino en el futuro de muchas generaciones (Colaboración de José Salinas y Yara Aparicio de la carrera de Periodismo, Unifranz, Bolivia)
