
“En la depresión, pedir ayuda es esencial porque la tristeza profunda puede parecernos interminable, pero cada día trae consigo una nueva oportunidad de sanar.”
La depresión es una enfermedad compleja de origen multifactorial, muchas veces ignorada, infravalorada, y frecuentemente banalizada, la cual acarrea mucho sufrimiento y grandes riesgos de muerte para quienes la padecen y no son tratados. Aunque contamos con tratamientos eficaces para su atención, tanto psicológicos como farmacológicos, pocas personas reciben la atención que necesitan urgentemente
El 13 de enero se conmemora el “Día mundial contra la depresión” con el objetivo de sensibilizar sobre esta enfermedad mental que afecta al 3.8% de la población global (equivalente a 280 millones de personas), vive con depresión.
Hablar sobre la depresión es importante para promover su tratamiento y prevención; la concientización es clave para brindar apoyo a quienes lo necesiten.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 280 millones de personas sufren depresión en el mundo, un trastorno mental que es más frecuente entre mujeres que en varones, aunque también son propensos a padecerlos los jóvenes y ancianos. Constituye un problema importante de salud pública mundial, ya que más de cuatro por ciento de la población vive con este cuadro.
En México, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud del gobierno federal, 3.6 millones de adultos la padecen; de ellas, el 1 % son casos severos. Se caracteriza por disminución del estado de ánimo, sentimientos de tristeza, dificultad para concentrarse y alteraciones en el patrón de sueño y apetito; en casos severos se presenta una forma de incapacidad que afecta todos los aspectos de su vida y reacciones somáticas como dolor, hormigueo y rigidez muscular.

Es por ello que objetivo de la conmemoración de este día es la de sensibilizar, orientar y prevenir a la población sobre esta enfermedad.
Es necesario que la población sepa que la depresión es un padecimiento que podría ocurrir en algún momento de nuestra vida, no es una cuestión de actitud, sino una realidad de salud mental, y no una señal de locura.
También es esencial conocer que el tratamiento farmacológico no los hace dependientes; son bastantes las personas que evitan los servicios de salud mental porque consideran que les prescribirán fármacos, en realidad es el especialista en psiquiatría quien determina si es necesario y en qué dosis.
A pesar de que no se conocen las causas exactas que provocan la depresión, existen diversos factores que contribuyen a la aparición de este trastorno, siendo la interacción entre factores sociales, psicológicos y biológicos los principales causantes de esta enfermedad. Los genes que heredamos de nuestros padres y que son influenciados por las experiencias que tenemos en nuestra vida, pueden predisponernos a padecer depresión.

Entre los principales rasgos que caracterizan a la depresión destacan la tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana, aislamiento, trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio. Sin embargo, es necesario la intervención médica especializada para un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado.
Existen diversos tipos de depresión, los cuales se diferencian por su duración, evolución y nivel de impacto en el desempeño de actividades rutinarias y relaciones interpersonales, desde el punto de vista emocional, conductual, cognitivo y somático. A continuación, presentamos los tipos de trastornos más frecuentes de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud:
Trastorno depresivo grave o trastorno depresivo mayor: este tipo de depresión es considerado como el más grave, ya que es prolongado en el tiempo y con posibilidad de episodios repetitivos. Afecta las actividades diarias como comer, dormir, así como la concentración. Se requiere de tratamiento farmacológico y terapia psicológica.
Trastorno depresivo persistente: es un tipo de depresión moderada, con los siguientes síntomas: pérdida de interés en las actividades normales, cambios en el sueño, baja autoestima, desesperanza, inapetencia, falta de energía y de concentración. El tratamiento incluye el uso de medicamentos y la terapia conversacional.
Depresión postparto: se diagnostica en el primer mes siguiente al nacimiento o alumbramiento. Los principales síntomas son insomnio, irritabilidad, desapego con el bebé, pérdida de apetito. El tratamiento se basa en terapia, antidepresivos y terapia hormonal.
Trastorno afectivo estacional: se produce generalmente durante la estación invernal, coincidiendo con la reducción de horas de sol. Los síntomas característicos son desesperanza y retraimiento social. Se requiere la aplicación de fototerapia, medicamentos y terapia conversacional.
Depresión psicótica: se caracteriza por la presencia de alucinaciones o episodios psicóticos con sentimientos de desesperanza, inutilidad o culpa, fatiga constante, retraimiento social e irritabilidad. Se requiere de un tratamiento farmacológico, conjuntamente con terapias psicológicas.
Enfermedad maniaco depresiva o trastorno bipolar: es un trastorno permanente que genera cambios cíclicos en el estado de ánimo, con altos emocionales (manía o hipomanía) y sentimientos de tristeza o depresión. El tratamiento incluye medicamentos estabilizantes del humor, antipsicóticos, antidepresivos y psicoterapia.
Superar un episodio depresivo requiere orientación médica especializada y apoyo por parte del entorno afectivo y familiar de la persona afectada. Para prevenir la depresión, la OMS recomienda programas que apunten a su reducción.
Es importante destacar que la depresión no es una cuestión de actitud, sino una condición de salud mental que requiere atención y tratamiento adecuado. La prevención y el tratamiento temprano son clave para manejar la depresión de manera efectiva
Para cuidar nuestra salud mental, sobre todo en la población joven, hay que preservar un sentido de identidad y de pertenencia al núcleo familiar, porque es el centro de nuestras relaciones. “En casa es importante que los padres establezcan este sistema con sus hijos e hijas y mantenerlo. Además, deben tener alguna actividad de beneficio propio como tender la cama, recoger la ropa, ordenar su habitación, etcétera”.
Estas y otras funciones, por básicas que sean, nos hacen sentir que nuestra presencia en casa es esencial y nos brindan esa sensación de satisfacción, motivación y seguridad en sí mismos, subraya la especialista. Además, que tengan metas a mediano y largo plazo para darle sentido a lo que realizan.
Entre las estrategias comunitarias eficaces para lograrlo, se mencionan los programas que promueven un modelo de pensamiento positivo, mantener un estilo de vida saludable y contacto social.
Además, según su clasificación y teniendo en cuenta el criterio médico, se podrán llevar a cabo tratamientos combinados entre terapias psicológicas y/o tratamientos con psicofármacos.
Asimismo, debe considerarse la eficacia de los tratamientos psicosociales y la necesidad de apoyos en el acompañamiento durante el tratamiento, para garantizar la integralidad de las personas.
“La pelea contra la depresión es dura, pero no estás solo; juntos, podemos encontrar la fuerza para seguir adelante, recuerda que la fuerza no se mide por la ausencia de caídas, sino por la voluntad de levantarse una y otra vez.”

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero E-mail periodistaaaguilar@gmail.com