
Al menos hay 123 fabricantes chinos de coches eléctricos que se están disputando, junto a Tesla, el trono de ser la mejor marca en este sector. Aunque actualmente todas las miradas se están posando en BYD, lo cierto es que hay otra compañía muy conocida que acaba de desembarcar que acecha para quedarse con la corona.
Esta no es otra que Xiaomi. Una de las marcas líderes de los smartphones lanzó al mercado su primer coche eléctrico en marzo de 2024. En menos de un año ha conseguido batir récords, lo que está haciendo tambalear el futuro de los fabricantes de coches, incluidos los chinos.
El 28 de diciembre de 2023, con solo unos rumores pululando por el ambiente, pero sin ninguna certeza, Xiaomi daba la sorpresa anunciando el que sería su primer coche eléctrico: el SU7. Solo tres meses después, la marca china lo lanzaba al mercado, creando una verdadera revolución.
Lo cierto es que, pese a los rumores, nadie se esperaba un vehículo eléctrico de la marca tecnológica tan pronto, sobre todo teniendo en cuenta que Apple llevaba más de una década invirtiendo dinero y más dinero en fabricar el suyo propio. Sin embargo, el gigante de Cupertino abandonó el proyecto a principios de 2024 tras la humillación de Xiaomi.
En 2021, el CEO de la compañía, Lei Jun, confirmó oficialmente la creación de una unidad comercial de vehículos eléctricos: Xiaomi EV Company Limited. En poco más de 1.000 días, es decir, tres años, Xiaomi consiguió hacer realidad esta idea.
Este lanzamiento fue un completo éxito, en solo 24 horas después de su presentación trajo casi 90.000 pedidos. Una estadística que probablemente lo convierte en el coche que más rápido se ha vendido de todos los tiempos.
Y es normal teniendo en cuenta que tipo de coche es. El SU7 es una completa revolución tanto estética como de prestaciones. El sedán, muy parecido al Tesla Model 3, cuenta con unas dimensiones de 4,99 x 1,96 x 1,4 metros y un motor llamado HyperEngine V6 y V6s, que alcanza las 21.000 revoluciones por minuto.
El HyperEngine V6 apuesta por tracción trasera con 220 kW de potencia para lograr un máximo de 210 kilómetros por hora, mientras que el V6s alcanza los 495 kW, tracción a las 4 ruedas y una velocidad punta de 265 kilómetros por hora.
La batería, por su parte, está firmada por BYD en el modelo básico y una de níquel, manganeso y cobalto de CATL para el modelo premium. Este coche salió a la venta por 215.900 yuanes (más de 28.000 euros).
El SU7 está repleto de funciones de alta tecnología, como el software de conducción asistida y el control remoto por voz, que permite al conductor encender los electrodomésticos desde el interior del vehículo.
Sin embargo, el éxito de los pedidos no fue solo flor de un día. En el mes de noviembre, Xiaomi ya había conseguido superar su objetivo anual de ventas, fijado en las 100.000 unidades.
Lo cierto es que su rama de coches eléctricos ya es clave para la compañía, cuyos ingresos aumentaron un 30,5% respecto al año anterior gracias a las fuertes ventas de sus smartphones y del SU7.
En la presentación del coche, Jun avisó de los planes que tenía la compañía. Con este modelo busca convertirse en uno de los cinco primeros fabricantes de coches a nivel mundial en los próximos 15 años. «El objetivo de Xiaomi es fabricar un coche de ensueño que sea tan bueno como Porsche y Tesla», apuntó.
Pero, ¿es Xiaomi una marca de coches eléctricos china más o es más especial?
Xiaomi revoluciona el mercado: lujo, tecnología y una estrategia única
«El caso de Xiaomi es muy interesante porque marca un antes y un después a ese miedo al gigante asiático a la hora de fabricar coches eléctricos», afirma el profesor de logística, producción y operaciones del grupo de investigación UrbanLog de la UOC, Cristian Castillo, a Business Insider España.
De hecho, los expertos afirman que Xiaomi es muy diferente al resto de las marcas de coches eléctricos chinas. Pero, ¿qué es lo que le hace tan diferente?
El mercado chino de vehículos eléctricos está increíblemente saturado, pero el primer modelo de Xiaomi destaca por su estilo premium y su bajo precio. Precisamente es ese carácter exclusivo el que marca su primera diferencia.
Hasta la fecha, sas marcas eléctricas chinas se han decantado por los modelos más utilitarios, pensados en el día a día o grandes desplazamientos, pero con unos acabados de nivel medio. Sin embargo, Xiaomi se desmarcó de sus compatriotas, creando su primer coche dentro del espectro de lujo.
Los bajos precios de los coches eléctricos chinos hace que se decanten por coches más utilitarios, huyendo de acabados más cercanos al lujo, como puede ser el Porsche Taycan, un modelo muy similar al SU7.
Una señal de que es una marca especial es que los CEO de otras marcas se decantan por el modelo de Xiaomi para usarlo en su día a día. Este es el caso de Jim Farley, CEO de Ford, reconoció el pasado mes de octubre que llevaba más de seis meses conduciendo el SU7.
«No me gusta hablar tanto de la competencia, pero conduzco el Xiaomi», señalaba Farley al presentador británico Robert Llewellyn en The Fully Charged Podcast.
«Llevamos uno de Shanghái a Chicago y lo he estado conduciendo durante seis meses, y no quiero dejar de hacerlo», relataba el CEO de Ford. «Es fantástico. Venden 10.000, 20.000 al mes. Se agotan durante seis meses», apuntaba el consejero delegado de Ford con relación al éxito del SU7 de Xiaomi al principio de la entrevista.
«Ya sabes, eso es un gigante de la industria y una marca de consumo que es mucho más fuerte que las compañías de automóviles», añadía.
Por otro lado, con un solo modelo en producción por el momento, Xiaomi espera sacar el máximo partido de su propia fábrica, que produce 20.000 coches al mes, una rareza entre las nuevas empresas automovilísticas, que normalmente prefieren subcontratar a terceros el enorme gasto que supone fabricar coches para evitar los problemas de crecimiento que Elon Musk describió una vez como «el infierno de la producción».
Mark Rainford, experto en la industria automotriz china, afirma que una de sus diferencias con otras marcas chinas es su ecosistema. «Han aprovechado su ecosistema de productos inteligentes para el hogar, que han agrupado bajo el nombre de Mijia. Esto significa que también puedes controlar, simplemente hablando con tu coche o usando la pantalla táctil, cosas como tu aspiradora, tu olla para el arroz y tu aire acondicionado».
El sistema operativo para coches de Xioami funciona de forma nativa con iOS y Android, por lo que no es necesario ejecutar Apple CarPlay o Android Auto sobre la interfaz de usuario. El SU7 también viene con soportes para instalar iPads o tabletas Android en la parte trasera de los asientos delanteros, creando entretenimiento para los pasajeros traseros, y todos ellos pueden conectarse al sistema operativo del coche. «Es la única marca que lo hace actualmente», afirma Rainford.
Aparte de la tecnología, Xiaomi también merece elogios por sus esfuerzos en materia de rendimiento. El próximo SU7 Ultra cuenta con un tren motriz triple con más de 1.500 caballos de potencia, pero con una carrocería sedán de cuatro puertas que hará que Xiaomi se enfrente a los coches Mercedes AMG y BMW M.
Además, Xiaomi está apoyándose en los usuarios fieles que ya cuentan con productos de su marca. Rainford señala cómo Xiaomi está dispuesta a ganar dinero con «la oleada de jóvenes consumidores chinos que tienen productos Xiaomi en casa, que piensan que el SU7 mola, que quieren ser diferentes a sus padres y que confían en los nuevos coches chinos. Van a comprar SU7, no un Mercedes EQE o incluso E-Class, y más adelante eso afectará a las tres grandes marcas alemanas».
Precisamente, ahí reside otras de sus diferencias: la red de tiendas. Según desveló la compañía a finales de 2023, su plan era utilizar las tiendas ya abiertas donde vendían otros productos de Xiaomi para comercializar también su vehículo. Esto es una gran ventaja, ya que los acuerdos con los concesionarios suele ser un punto crítico para las marcas chinas que quieren desembarcar en Europa e, incluso, para venderse en su propio país.
Además, a diferencia de otras marcas chinas, como BYD, Xiaomi no fabrica sus propios componentes, sino que colabora con empresas como BAIC para la producción de sus vehículos, una estrategia similar a la que sigue Apple con Foxconn para sus iPhone.
En líneas generales, Xiaomi se diferencia de competidoras como BYD, NIO, XPeng y Li Auto en el hecho de que no busca solo fabricar y vender coches, sino que busca crear una experiencia conectada con su ecosistema tecnológico, algo que los expertos consideran que va a ser la movilidad del futuro. Esta integración de los diferentes dispositivos, sus bajos precios y su apuesta por el software y la inteligencia artificial hace que tengan una ventaja en el mercado de los vehículos eléctricos.
El éxito del Xiaomi SU7 en China es un claro indicador de que la industria automotriz (ya no solo la europea) está en un punto de inflexión. Las marcas tradicionales ya no pueden darse el lujo de ignorar a los nuevos competidores, especialmente aquellos que provienen del sector tecnológico.
Además, este fenómeno apunta a acelerar la colaboración entre la industria automotriz y la tecnológica. Ya hemos visto cómo empresas como Huawei y Baidu están incursionando en el sector de los coches eléctricos, y es probable que esta tendencia continúe.
Para los consumidores, esta competencia es beneficiosa, ya que impulsa la innovación y reduce los precios. Sin embargo, para las marcas europeas, representa un desafío sin precedentes que requerirá una reinvención estratégica si no quieren perder posiciones y por ende ventas y empleos directos e indirectos en el viejo continente.
La pregunta es: ¿está la industria europea verdaderamente preparada para este cambio? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura. Y es que las reglas del juego ya no son las mismas.

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, del Estado de Guerrero E-mail periodistaaaguilar@gmail.com