
“La seguridad no es un lujo, es un derecho que nace con cada vida.” Gro Harlem Brundtland
La seguridad del paciente no es simplemente una dimensión técnica de la atención médica: es una expresión profunda del compromiso ético que sustenta toda práctica sanitaria. En un mundo marcado por avances científicos, desigualdades estructurales y sistemas de salud fragmentados, garantizar que cada persona reciba atención sin daño evitable se convierte en un acto de justicia, memoria y dignidad.
De la técnica al principio ético: “Ante todo, no hacer daño”
El principio hipocrático de primum non nocere —“ante todo, no hacer daño”— ha guiado la medicina por siglos. Sin embargo, en la práctica contemporánea, este principio enfrenta desafíos complejos: errores de medicación, diagnósticos tardíos, infecciones nosocomiales, fallos en la comunicación clínica y sistemas de salud sobrecargados. La seguridad del paciente exige no solo protocolos, sino una cultura institucional que reconozca el valor de cada vida y la urgencia de prevenir daños evitables.
La vulnerabilidad como criterio de urgencia
Los recién nacidos, niños, personas mayores, pacientes con comorbilidades y quienes viven en contextos de pobreza o exclusión enfrentan mayores riesgos. La seguridad del paciente debe ser sensible a estas vulnerabilidades, adaptando la atención a la edad, el estado de salud, el entorno cultural y las condiciones socioeconómicas. Un enfoque universalista que ignore estas diferencias perpetúa el daño. La seguridad, entonces, debe ser personalizada, contextual y profundamente humana.
Sistemas que cuidan: más allá del individuo
La seguridad del paciente no depende únicamente del profesional de salud. Requiere sistemas integrales: infraestructura adecuada, insumos disponibles, equipos capacitados, tecnologías confiables y procesos clínicos seguros. También exige entornos laborales que protejan al personal sanitario del agotamiento, la violencia y la precarización. Un sistema que cuida a quienes cuidan es un sistema que puede cuidar con calidad.
Participación activa: el paciente como sujeto, no objeto
La seguridad del paciente implica reconocerlo como sujeto activo de su cuidado. Informar, escuchar, involucrar y respetar sus decisiones son prácticas que reducen riesgos y fortalecen la confianza. La participación de las familias, especialmente en pediatría y geriatría, es clave para detectar señales de alerta, prevenir errores y construir entornos protectores. La seguridad no se impone: se co-crea.
Memoria, transparencia y aprendizaje
Cada evento adverso es una herida en el cuerpo institucional. Ocultarlo perpetúa el daño. Reconocerlo, investigarlo y aprender de él es un acto de memoria y transformación. La seguridad del paciente requiere sistemas de reporte sin represalias, cultura de mejora continua y espacios de reflexión ética. Convertir el error en aprendizaje es convertir el dolor en posibilidad.
Iluminaciones de luz: Ritualizar el compromiso
Iniciativas como el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, con sus campañas, iluminaciones simbólicas y llamados globales, no son solo actos de comunicación: son ceremonias públicas que ritualizan el compromiso con la vida. Iluminar hospitales, monumentos y espacios comunitarios en color naranja es una forma de decir: “Aquí cuidamos. Aquí recordamos. Aquí transformamos.”
Seguridad del paciente: el arte de cuidar con dignidad y conciencia
La seguridad del paciente es mucho más que una meta técnica: es una ética del cuidado, una política de protección, una pedagogía de la escucha y una ceremonia de la vida. En cada protocolo, en cada decisión clínica, en cada gesto de atención, se juega la dignidad de quien confía su cuerpo al sistema de salud. Garantizar esa seguridad es honrar esa confianza. Es, en última instancia, defender la humanidad que elegimos ser.
“La calidad en el cuidado no se mide solo en resultados, sino en el respeto por la dignidad humana.” Sir Liam Donaldson

Araceli Aguilar Salgado Periodista, Abogada, Ingeniera, Escritora, Analista y comentarista mexicana, de Chilpancingo de los Bravo del Estado de Guerrero E-mail periodistaaaguilar@gmail.com